La visión del equipo económico era que las tasas se iban a acomodar solas a la baja por el libre juego del mercado y en línea con la baja de la inflación y el ancla cambiaria. Pero los bancos no compraron el relato y prefirieron asegurarse comprando dólares: no confían en las proyecciones de dólar e inflación que ofrece Caputo.
Pero lo más notable es que lejos de traicionar, los bancos habían avisado al equipo económico sobre el riesgo que implicaba desarmar las Lefis. El 14 de julio, las cuatro principales asociaciones bancarias, ADEBA, ABA, ABE y Abappra, enviaron una carta conjunta al Ministerio de Economía y al BCRA.
En la carta advirtieron sobre los riesgos del desarme de las Lefi y propusieron medidas para evitar una crisis de liquidez. No los escucharon.