Hubo usuarios en redes sociales que llegaron a ironizar que, si se aplicara la resolución 428/2024 que faculta a las fuerzas de seguridad a hacer ciberpatrullaje, Bullrich debería denunciar a los tuiteros favoritos del Presidente. En realidad, el ciberpatrullaje goza de buena salud. Hace dos semanas, sin ir más lejos, la ministra detuvo a un mozo por tuitear contra el Presidente. Como carecía de elementos para sostener la detención, el juez Ariel Lijo lo mandó a su casa.
“Lo más notorio es la desigualdad”, apunta Myriam Bregman, presidenta del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (Ceprodh). “Es gente que sabe que maneja el poder del Estado y que puede decir absolutamente lo que quiera de manera impune. En Jujuy, por ejemplo, hubo personas detenidas por un tuit que molestó al entonces gobernador Gerardo Morales. Patricia Bullrich ha metido presas personas por tuitear. Sin embargo, cada vez que hay expresiones de este grado de José Luis Espert, el Gordo Dan o personas allegadas a Milei, saben que no habrá consecuencias legales. Es la impunidad del poder en forma descarnada. Están protegidos por la justicia”, destaca la dirigente del PTS/FIT-U.
“Si las expresiones que promovían el uso de la violencia estatal contra el Congreso Nacional, efectuadas por seguidores de Milei y de su Gobierno y profusamente difundidas por redes sociales y medios de comunicación, no son delito, ¿qué son?”, se pregunta el abogado Eduardo Tavani, presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).
“Mientras arrojar bosta en una vereda a modo de repudio por los dichos soeces de un funcionario público habilitaron la intervención de una jueza federal y la puesta en marcha de todo el sistema represivo nacional, ¿la incitación a la violencia o la intimidación pública por decir lo menos, qué es? Los simples mortales nos preguntamos qué piensan hacer al respecto aquellos a quienes les corresponde la promoción de la acción penal en defensa de la legalidad y de los intereses generales de la sociedad. ¿Dónde están? ¿O será que efectivamente hay una doble vara instalada en el Poder Judicial que padecemos?”, insiste Tavani.