En el parque hubo artistas, militancia y presencias políticas. Entre ellas, el senador Mariano Recalde; las intendentas Mayra Mendoza y Mariel Fernández; las diputadas Paula Penacca, Florencia Carignano y Julia Strada; la legisladora del Parlasur, Victoria Donda; y el dirigente Leo Grosso, quien, además de bailar una chacarera, conversó con este diario sobre el sentido político de la jornada. “La importancia de la plaza de Argentina con Cristina, en el marco de la deriva autoritaria del gobierno de Milei, es total”, sostuvo. Y agregó: “Hay, además de Cristina, dos compañeras militantes presas por protestar. Por eso es fundamental salir a la calle, mostrarnos juntos, que estamos movilizados, reclamando y denunciando que en la Argentina de Milei hay presos políticos”. Grosso advirtió que el oficialismo “ha tomado un rumbo autoritario para callar las voces que denuncian el ajuste, la destrucción de la industria y el desastre social que están cometiendo en el país”.
Por su parte, la diputada Julia Strada analizó el discurso de Cristina Fernández de Kirchner con foco en la creciente dependencia financiera. “La dependencia del endeudamiento es un signo claro de que nuestra independencia económica está más lejos que antes, por lo menos más lejos que en 2015”, señaló. Y consideró que “la política económica está bajo discusión”, lo cual —a su juicio— “es el punto más importante para hablar de este 9 de Julio en términos de independencia económica”. Strada remarcó que vienen siguiendo de cerca el cumplimiento de metas con el Fondo Monetario Internacional, en particular la de reservas netas. “Efectivamente, el FMI da por incumplida esa meta a esta altura del partido, más allá de que le corrieron el arco a Milei: pasó de estar el 13 de junio a moverla a fines de julio”, explicó. “Le corrieron el arco un mes y medio, y aún así no la pueden cumplir”.
Para la economista y legisladora, esto revela una indulgencia preocupante hacia el gobierno libertario: “Lo que termina ocurriendo es eso, una lógica de no acumulación de reservas que, implícitamente, los actores se la dejan pasar a Milei pero que más tarde o más temprano va a ser un problema”.
Finalizado el festival, cientos de militantes se trasladaron hasta San José 1111. Esta vez, Cristina no les pidió que no fueran. “Créanme, créanme que cuando los escucho gritar: ‘Cristina, te quiero’, ‘Cristina, te amo’ o ‘¡salí al balcón que me tengo que ir a trabajar!’, no solo me río mucho, sino que, en serio, son verdaderas caricias al alma”, había dicho más temprano. Desde su departamento, se la vio salir a saludar con un buzo blanco con la palabra Argentina. Desde el segundo piso, una sonriente CFK devolvió el abrazo colectivo de quienes caminaron desde el Parque Lezama para acompañarla. Lo hizo no una, sino dos veces.