En un conflicto caracterizado por la emergencia de un sector, la estrategia del Poder Ejecutivo Nacional consiste en alargar los plazos lo máximo posible. Tras haber perdido cerca de 120 puntos de su poder adquisitivo en el primer año y medio de la gestión de Javier Milei, los prestadores de servicios, en conjunto con las familias y las personas con discapacidad, impulsaron un proyecto de Ley que declarara la emergencia en el sector. A partir de ahí, el gobierno libertario usó todos los recursos en su haber para dilatar el proceso. “Tardaron en girar el proyecto de la sanción al Senado y demoraron en reunir a las comisiones para tratar el proyecto. Luego Milei se tomó todos los días habidos y por haber para vetar la ley de emergencia”, cuenta Martín, quien sostiene una institución de educación especial junto a su familia desde hace más de treinta años.
La situación para los prestadores es apremiante y se profundiza cada día que la ley no entra en vigencia. “Desde octubre del año pasado, que fue el último aumento, hasta septiembre estuvimos trabajando con el 30 por ciento de los costos. En el colegio, los chicos pasan 8 horas por lo que nuestra prestación incluye tres comidas diarias, desayuno almuerzo y cena. Por ese servicio, estamos cobrando 3.099 pesos por día por alumno. Tenemos 250 chicos. Es inviable”, detalla Martin. Además, los prestadores cobran con un atraso de 60 días, por lo que a ese monto se le debe sumar la inflación acumulada de dos meses.
En octubre del 2025, el Gobierno Nacional aumentó el nomenclador al que responden las obras sociales. “A la educación especial nos dieron un aumento del 12 por ciento en octubre, 8 en noviembre y 7 en diciembre. Un acumulado que da 29 por ciento”, explica el prestador. Sin embargo, ese aumento recién se verá reflejado en marzo por la demora en los pagos. “A esta situación hay que sumarle las particularidades que tiene la educación especial. Nosotros no trabajamos solo con docentes. Tenemos cursos con un amplio gabinete psicopedagógico, dos docentes por aula y una administración importante porque trabajamos con obras sociales, no con padres como otras instituciones educativas”, detalla Martin.