Esta tensión entre el Ejecutivo y Llaryora se enmarca en una serie de situaciones que terminaron agrietando la buena relación que existía entre el líder libertario y el gobernador, quien apoyó gran parte de las iniciativas de Milei durante el año pasado en el Congreso. Fue su principal aliado durante una buena parte del 2024. Sin embargo, esa amistad política no se vio materializada en fondos ni en obras nacionales, más allá de algunos gestos puntuales.
Esa falta de reciprocidad hizo que Llaryora tome distancia de los libertarios y asome como uno de los referentes de los gobernadores, en el contexto del reclamo de todas las jurisdicciones por mayor asistencia de la Casa Rosada a las provincias. Previo a este anuncio, se mostró junto a sus pares de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, con quienes "le marcaron la cancha" al Gobierno y pidieron “el fin de las retenciones”. Ocurrió horas antes de que Milei informe la baja del gravamen al campo en La Rural. Para ellos, significó un triunfo político ya que su insistente queja por las retenciones se había convertido en un proyecto de ley en la Cámara de Diputados, donde el oficialismo lo mantiene frenado.
Si bien los diputados cordobeses jugaron casi siempre en tándem con La Libertad Avanza, el escenario ha cambiado. El Gobierno asegura que “están los votos para ratificar el veto” de Milei a las leyes sobre jubilaciones y discapacidad. Sin embargo, el apoyo del Bloque Córdoba Federal lejos está de concretarse. Será crucial saber cómo “jugarán” los gobernadores. Pese a mostrarse casi todos juntos en el CFI, muchos de ellos comenzaron a negociar por su cuenta con el Ejecutivo y tambalea el proyecto de las provincias que recompone fondos nacionales por ley. Mucho incide el armado electoral en cada una de las provincias, donde La Libertad Avanza define si presenta lista pura o avanza con una alianza con los oficialismos regionales.