“De cara al 2023, el año comenzó con un buen nivel de actividad respecto del año anterior, pero con un bajo arrastre estadístico y una visible desaceleración de la producción. Dado el año electoral y los desafíos macroeconómicos por delante, el foco de la coyuntura seguirá puesto en la brecha cambiaria, las reservas internacionales y los controles a las importaciones, que condicionarán la dinámica de la actividad”, señalaron desde la entidad.
Por su parte, la CAME señaló que en enero la producción de la industria manufacturera pyme subió 3,5% anual, cumpliendo cuatro meses consecutivos en alza. “Crecieron 4 de los 6 grandes sectores medidos. En la comparación mensual, la actividad prácticamente se mantuvo igual con un leve incremento del 0,3%”, destacaron.
“Un dato destacado de enero fue la gran proporción de industrias que está evaluando o ya tiene decidido realizar nuevas inversiones, que alcanzó al 46% de las empresas de la encuesta”, detalló el informe de la entidad, aunque agregó: “Como contrapartida, las empresas manifiestan preocupaciones que requieren urgentes soluciones. En primer lugar, la administración de las importaciones de insumos para la producción nacional supone una restricción real y concreta al desarrollo de la industria local. Finalmente, cabe destacar, el temor que genera en la industria de alimentos, maquinaria y material de transporte, el futuro de la campaña agropecuaria”.