En paralelo, la recesión y el dólar congelado pusieron a otro pelotón de firmas a importar casi todo (sector textil y recientemente la automotríz Nissan), perdiendo la producción; y al resto de los sectores buscando la salida. En lo que va del Gobierno libertario cerraron 12000 empresas, con la particularidad que no fueron solo pymes las afectadas, sino también grandes capitales. Hay más de una decena de firmas de peso, de todos los rubros, que tomaron decisiones drásticas por la crisis.
En el listado de salidas aparecen ENAP, Fresenius, Procter and Gamble, Xerox, Clorox, Prudential y el HSBC. En tanto que se achicaron muchas otras, con casos emblema como Whirlpool y la firma de sanitarios FV, que suspendió a fines del año pasado a 800 trabajadores. Esta situación que evidencia que no sólo la caída en las ventas explica el fenómeno, sino que el supuesto orden macro no parece ser tan sólido como se vende.
El caso particular de las firmas del agro, además, es un fenómeno 100 por ciento Milei. Un informe de la consultora Vectorial, que preside el ex viceministro Haroldo Montagu, precisó sobre el tema que "el default de Los Grobo y Agrofina ya es calificado por algunos sectorialistas y medios especializados «megadefault» y comparable con el default de Vicentín". Agregan, además, que "el episodio solo permite una lectura: con este tipo de cambio, este nivel de precios internacionales y estos costos internos (en dólares), la actividad no es rentable".