Coco arribó a Ezeiza desde Hungría, sin su Certificado Veterinario Internacional (CVI) y con su vacuna antirrábica vencida.
El Senasa había establecido que "el animal no puede entrar al país porque se pone en riesgo a la población que tome contacto con el mismo, que en estas circunstancias es un potencial factor de riesgo ya que al tener la vacuna antirrábica vencida, podría incluso ser un portador de esta enfermedad que afecta a los humanos".
La vacuna tarda 21 días en brindar inmunización al animal. El país de origen -Hungría en este caso- es el responsable de autorizar el embarque de animales con la documentación necesaria exigida por el país de destino.
Sin embargo, para el organismo oficial, el caso de Coco es singular porque tanto la condición de salud como la vacuna antirrábica no fueron avaladas por el servicio veterinario del país de origen. De este modo, informaron que "la situación sanitaria de este animal es desconocida y por lo tanto corresponde su reexportación"